En la incipiente Angostura,
en tiempos de Libertades,
al margen del río padre,
en las casas coloniales,
en pueblo de pescadores,
llegó a este mundo Óscar Méndez.
Entre el río y sus crecidas
su vida fue madurando
entre bagres y sapaora
se alimentaba y vivía.
así creció a quien luego
le apodaran de Cangrejo.
Tanto trabajó en la vida
y siempre la disfrutaba.
Y en aquella Venezuela,
donde la vaina era buena,
como todo Don Quijote
se encontró su Dulcinea.
Sara fué la mujer
que Cupido le flechó.
jurandose en el altar
de por vida continuar.
formandose la familia
que los unió hasta el final.
Tan fértil era la tierra
que de ese amor emergió,
que tres fueron los retoños
que con amor floreció.
grandes fuertes y robustos
muy bendecidos por Dios.
Con honestidad y Orgullo
incansable trabajó,
pendiente de su familia,
siempre a todos proveyó.
respondiendo ante su casa
con ejemplo y dignidad
abnegado caballero,
dandolo todo y demás;
te alargaste en el tiempo,
para tratar de aliviar,
la pena de tu partida
cuando llegará el final.
Hoy llega este triste día
que nadie puede escapar,
donde se esfuma la vida
resumiendose al final,
en las obras que dejamos,
que otros disfrutarán.
Ve y camina viejo mío,
con alegría y en paz,
que al final de ese camino
en el cielo encontrarás
a tu amada y tus amigos
para felíz descansar.
Humilde tríbuto a Óscar Méndez,
quien cierra un ciclo en su familia.
30 de Septiembre del 2021
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