viernes, 18 de octubre de 2013

Las Virtudes Cardinales



Para definir Las Virtudes Cardinales es necesario detallar los términos de Virtud y  Cardinal.

Una virtud es una cualidad que permite a quien la posee tomar y llevar a término las opiniones correctas en
las situaciones más difíciles para cambiarlas a su favor. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un objetivo diferente.

La palabra cardinal se deriva del nombre latino «cardo», que identificaba, en las ciudades romanas, a la calle trazada de este a oeste y que pasaba por el centro de la ciudad. Esto significa que el único punto verdaderamente cardinal, al menos desde el punto de vista etimológico, debería ser el Norte y en menor grado, el Sur. Por eso se usa la expresión «de una importancia cardinal» cuando se quiere resaltar esa importancia. 

En La Antigua Grecia la excelencia ciudadana se lograba con el cultivo de tres virtudes: La Valentía, La Moderación o Equilibrio y la Justicia; estas tres virtudes formaban un ciudadano relevante, útil y perfecto. Pero es  Platón, cerca del 395 a.C., en su obra “La Republica”, quien añadió una cuarta, llamada “La Prudencia”; y las describió como “Las cuatro virtudes del Estado perfecto: prudencia, valor, templanza y justicia”.

Justicia: Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde con equidad, respecto a los individuos y al bien común. La justicia es principio fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres, como asimismo de las comunidades humanas, de las sociedades y los pueblos. Platón describe la justicia como la virtud que funda y preserva las demás, porque sólo cuando alguien comprende la justicia puede conseguir las otras tres virtudes, y cuando alguien posee todas las cuatro virtudes es la justicia que las mantiene todas juntas.

Prudencia: es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela. Según el Catolicismo la prudencia dispone la razón a discernir el verdadero bien del mal para cada circunstancia, y a elegir los medios adecuados para realizarlo. La Prudencia es un juicio ordenado, que juzgará si en un determinado caso, nos podemos comportar de un modo que no sea el adecuado.

Templanza: es la virtud moral que regula la atracción por los placeres, y procura el equilibrio en el uso y disfrute de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la solidaridad. Se refiere al dominio, principalmente, del gusto y del tacto, que son los dos sentidos más afines con esta virtud, que impone la razón, de forma que el ser Humano se guíe por la moderación y no sea esclavo de los placeres sensibles.

Fortaleza: es la virtud que da valor al alma para poder afrontar con coraje y vigor los riesgos, moderando el ímpetu de la audacia. Consiste en tener el valor y la constancia para perseverar en una obra buena hasta el final, no importando los obstáculos o soportando una mala situación con paciencia e inteligencia hasta el final sin derrumbarse.

La Biblia Católica, en el Antiguo Testamento, en Sabiduría 8:7, dice así:   “¿Amas la justicia? El fruto de sus esfuerzos son las virtudes, porque ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, y nada es más útil que esto para los hombres en la vida”. Este versículo esta referido al Amor de Salomón por la Sabiduría.

Platón sugiere cómo un individuo puede lograr estas virtudes: La Prudencia viene del ejercicio de razón,  La Fortaleza de ejercer las emociones o el espíritu, La Templanza de dejar que la razón anule los deseos, y desde estas La Justicia viene, y crea estado en que cada elemento de la mente está de acuerdo con los otros.
Todo Compañero Mason para eliminar las imperfecciones que arrastramos del mundo profano, tales como: Superstición, Ignorancia, Fanatismo, Intolerancia, Envidia, Ambición, Hipocresía, Arrogancia, Chisme y Soberbia; estamos en el sagrado deber con Nuestra Orden y La Humanidad, de observar conductualmente las líneas maestras que Platón nos refiere en relación a las Virtudes cardinales.



Boris A. Alonzo C.

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