Através de la historia el hombre en la sociedad ha referido
una serie de saludos, ademanes, gestos, señas, y en algunas civilizaciones
hasta la genuflexión del cuerpo, que tienen el objeto de armonizar y estrechar
los mejores
lazos de amistad y demostrar respeto, con sus similares. Estas
normas de urbanidad que se estila en el mundo profano, también se da en nuestra
Fraternidad Masónica pero por medio de signos, palabras y tocamientos, que
sirven para reconocernos entre todos los Queridos Hermanos del orbe.
El saludo con la mano derecha muestra el profundo respeto que referenciamos a
todos los Masones. Científicamente se ha demostrado que el Cerebro Humano le
imprime más energía a través de sus órganos locomotores a los músculos de
la mano derecha, constituyendo de esta
forma la fuerza natural de las extremidades superiores dominada por la voluntad
de nuestros pensamientos. Es así como instintivamente ajustamos todos nuestros
actos a ese impulso de la mano derecha.
Podemos asegurar que todo el perfecto
mundo material es moldeado y construido por la mano derecha; que viene a ser la
fiel interprete de toda la imaginación y voluntad creadora de su propio estilo
que posee la mente humana. Es importante decir que estudios científicos han
demostrado que el fenómeno de los zurdos se debe a lesiones o deformaciones
cerebrales que no permiten que el individuo desarrolle el libre ejercicio de
sus facultades normales de conformidad con su verdadero sistema orgánico. En
contraste tenemos el caso de personas sordo-mudas, o ciegas, o con alguna
deficiencia de algún órgano que han desarrollado sus otros sentidos u órganos,
a tal grado, que una vez dominados, pueden ejecutar cualquier labor o percibir
cualquier entorno mejor a veces que otras personas sin defectos. También una
persona normal puede recibir un entrenamiento para afinar sus sentidos, pero no
por esta razón vamos a contravenir el orden de las normas de urbanidad o de la
naturaleza que conocemos hasta ahora.
Conforme a la costumbre humana y de
la educación física del hombre, la masonería tiene la mano derecha como un
importante símbolo natural en los actos litúrgicos, tomando en consideración
que es el sitio principal del sentido del tacto que mayoritariamente es
utilizado en su lenguaje simbólico de señas y tocamientos al momento de
saludarse y reconocerse.
Podemos referenciar algunas citas
bíblicas que dan fe de la importancia y santidad que se considera a la mano
derecha:
·
Tu diestra, oh Jehová, ha sido
magnificada en fortaleza; tu diestra, oh Jehová, ha destrozado al enemigo. (Éxodo 15:6).
·
El
corazón del sabio está a su mano derecha; pero el corazón del necio, a su mano
izquierda. (Eclesiastés
10:2)
·
Porque
yo, Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice: No temas,
yo te ayudaré. (Isaías 41:13).
·
Mi
mano fundó también la tierra, y mi mano derecha extendió los cielos; al
llamarlos yo, comparecen juntamente (Isaías 48:13).
·
Jehová
ha jurado por su mano derecha y por su poderoso brazo: Jamás daré tu trigo como
comida a tus enemigos, ni los hijos de extranjeros beberán el vino nuevo por el
cual has trabajado (Isaías 62: 8)
·
Así
dice Jehová a su a ungido, a Ciro, al cual tomé yo de la mano derecha para
someter naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir puertas
delante de él, y las puertas no se cerrarán (Isaías 45:1).
·
Y
cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí,
diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último… (Apocalipsis 1:18)
Durante el ceremonial de antiguas
iniciaciones, los recipiendarios colocaban su mano derecha en el corazón, y a
veces la colocaban sobre las manos del que ministraba la obligación, siendo
esto el sello de validez y confirmación del juramento al que se comprometía.
Siendo la mano derecha un símbolo de fidelidad. Durante las iniciaciones y
juramentos, desde tiempos remotos, los masones se acostumbraron a esta práctica
hebrea; para los que la palabra IAMEN que significa mano derecha, se originó de
la voz AMAN, que según su lengua era interpretada como como ser fiel. Y por
esta razón en los misterios hebreos se prestaba juramento de esta forma;
obedeciendo los preceptos de su significado y al origen de la voz AMAN, que
todavía persiste en nuestros días como procedimiento masónico.
La mano derecha se ha considerado
sinónimo de SER FIEL, y ha trascendido a través de los tiempos en nuestros
juramentos en el ARA. Aunque prácticamente es lo mismo puesto que la fidelidad
es una acción o bien que se trata de la obligación de ser fiel; es decir
siempre redundan en la expresión de “ser siempre fiel”. En el latín las
palabras JUNGARE DETRASS se traducen como “Estrechar las Manos Derechas”,
simbolizando un compromiso de fidelidad, mientras que en contrario la frase
FALLEREDEXTRAM que se traduce como “Traición a la Mano Derecha” lo que se
conoce originalmente como “violar la fe”.
De esta forma dos Maestros que convengan el Signo de la Garra están
comprometiéndose con sus mutuas obligaciones y recordándose que jamás debemos
“Violar la Fé”; sino por el contrario debemos cumplir nuestra promesa de
fidelidad.
En la actualidad el Signo de la Garra
es convenido como “la fuerza de voluntad del hombre unida a la de los demás”,
representando el cuerpo de la mano el individuo aislado y los dedos a los demás
que ocurren en su ayuda. Masónicamente entre Maestros también significa el
auxilio y el socorro mutuo. Pero filosóficamente el Signo de La Garra es una
alegoría que representa a la fidelidad, así como la voluntad del hombre unida
al excelso lazo de la Confraternidad Universal.
Es bueno, también, considerar “el
saludo especial de la garra del león", como uno de los símbolos de
iniciación más antiguos del mundo. Antiguamente, el neófito en su camino hacia
los templos de Misterios de Egipto, era al final, enterrado en un gran cofre de
piedra destinado a los muertos para ser llevado, después, por el maestro,
nuevamente a la vida, en su vestimenta de azul y oro. Cuando el candidato era
levantado, el gran maestro llevaba en su brazo y manos, a manera de guante, una
piel de león, y se decía que el discípulo, nuevamente despertado, había sido
llevado a la vida "asido por la garra del león".
También otra teoría acerca de que el
Signo de la Garra tuvo su nacimiento en
las costumbres de los antiguos romanos; pues parece que en la mitología existe
la versión de que veneraban a una diosa a la que llamaban Fides, cuyo templo
fue consagrado por Numa Pompilio; el signo sagrado por el que se le
representaba era una figura de dos manos derechas enlazadas en la forma de la
GARRA, aun cuando en ocasiones se le materializó por medio de dos figuras
hermanas estrechándose entre sí por medio del abrazo y el saludo con las manos
derechas, tal y como nos es conocido en la actualidad para el reconocimiento en
el Tercer Grado; además aseguran que en aquella época se adoptó a dicho signo
como una costumbre simbólica del compañerismo, de la adhesión y de la fidelidad
en los dichos y en los hechos.
En el sentido moral, el SIGNO DE LA
GARRA representa a los sentimientos humanos cuya unión es lo que constituye el
engrandecimiento espiritual de los masones y en particular de nuestra
institución; pero de conformidad con sus
acepciones en el sentido ético social. De ahí viene la ineludible obligación
que nos hemos impuesto para prestarnos el auxilio mutuo además de la ayuda que
debemos impartir a todos nuestros semejantes. Las virtudes humanas nos señalan
a ese respecto que estamos obligados en todo tiempo a permanecer unidos para
poder contra restar la acción maléfica que pudiera minar nuestro espíritu para
adquirir los vicios, las pasiones insanas, las malas inclinaciones como lacras
perjudiciales que tienden a devorar a la conciencia del hombre.
La interpretación esotérica del SIGNO
DE LA GARRA consiste en conocer una demostración genésica en la que se
manifiesta a la estrecha unión de los tres agentes generadores de la
Naturaleza, como lo son el elemento tierra, el contingente semilla y el medio
germen que en conjunto son los factores que constituyen con su constante
evolución a la inmortalidad de todo cuanto existe dentro del seno del Universo.
Finalmente, es el SIGNO DE LA GARRA, el que viene a demostrar, como símbolo
netamente masónico, que LA UNIÓN HACE LA FUERZA como circunstancia que debe
concurrir a la realización de todos los actos que ejecuta el hombre durante su
existencia.
Boris Alonzo
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