Todo comenzó cuando quite las
vendas de mi rostro, una luz brillante cegó mis ojos, tanto que todavía recién
apenas comienzo a entender lo que veo. La Luz de la verdad iluminó mi consciencia y la
sedujo con la
belleza de un conocimiento diáfano y cristalino que en todo momento me induce a vencer mis pasiones, someter mí voluntad y hacer nuevos progresos en la orden del bien y la humanidad.
belleza de un conocimiento diáfano y cristalino que en todo momento me induce a vencer mis pasiones, someter mí voluntad y hacer nuevos progresos en la orden del bien y la humanidad.
Conseguí una familia universal, a
la cual le toque y me abrieron, la busque y la encontré, y al pedirle me dieron. Ahora camino de las
tinieblas hacia la luz, siempre buscando la sabiduría, imperturbablemente al
orden, cada semana, desde el mediodía hasta la media noche, me interno en un
universo fundado en la tierra, debajo del cielo, iluminado al este y en
tinieblas al oeste, donde su aureola es el océano y el ilimitado horizonte.
Entre columnas reafirmo la fe en mis ideales, la esperanza en alcanzarlos y el
amor a la humanidad. Saludando el altar
me dirijo al norte y desde mi columna me instalo en silencio, desde ahí mi
sentido de observación se agudiza, atento y dispuesto aceptar las
recomendaciones de los mayores; obedeciendo las decisiones del taller, detallando y hurgando sobre la alegoría de la
ornamenta; sutilmente integrándome y colaborando con mis queridos hermanos, aportando
lo que puedo, aprendiendo el protocolo formal, recogiendo la experiencia de los
trazados, aprendiendo de códigos y estatutos, labrando mi piedra bruta y
construyendo un templo de la sabiduría a la
verdad, acumulando todo lo experimentado con la firme convicción que
serán esgrimidos con justicia y libertad de todo prejuicio, cuando sea
reconocido como maestro y tenga el poder de la palabra.
Mi consciencia me dicta, que para
entender la verdad del universo, muy a
pesar de que mis queridos hermanos me reconozcan como tal en grados superiores;
en mi mente y mi corazón, yo invariablemente continuaré siendo un Aprendiz.
Boris A. Alonzo C.
Ap:. Mas:.
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